¡Ojo con la falsa disrupción!
Manteniéndome actualizada sobre lo que acontece en el mundo de los negocios a nivel de liderazgo, he participado de algunas webinars donde la temática ha sido temas relacionados al ser disruptivo, liderazgo disruptivo y los pasos a seguir para lograr ser disruptivo. Si nos vamos a la definición de disrupción según la RAE significa una “rotura o interrupción brusca”, refiriéndose a algo totalmente diferente, innovador e impensable. Tal como ha sido el caso de los nuevos modelos de negocios que desde hace más de una década han surgido en el mundo, donde empresas como Neflix, Uber, Amazon, Apple entre muchas otras realmente han impactado y cambiado los mercados en los cuales operaban, modificando las reglas de juego y de competencia de una manera radical y nunca pensada. Es así como veo el tema de la disrupción en el mundo empresarial. Si nos vamos a hablar del mundo en general, la pandemia nos creó una disrupción en nuestras vidas, en todo el planeta, en todos los seres que la habitamos, impactando nuestra manera de actuar, sentir y de pensar de una forma radical, nueva e inimaginable.
Por ello hablamos del mundo disruptivo, porque los cambios en nuestra manera de vivir y relacionarnos mudaron significativamente para todos, requiriendo nuevas formas de entender esta realidad, nuevas formas de reaccionar y responder a los problemas, ¡incluyendo como ayudamos a nuestros hijos a estudiar en casa!
El termino, disruptivo, por estar de moda hoy en día, está presente en muchos discursos de comunicación, en las campañas de marketing, de ventas y en todo lo que de alguna manera quiera representar innovación. Viendo lo que hay en el mundo empresarial, en muchas ocasiones, lo que se está diciendo en el fondo es lo mismo que hemos venido discutiendo, entrenando e intentando cultivar en muchas empresas y culturas organizacionales por décadas, que es el CAMBIO y su inevitable ocurrencia y esto unido a la INNOVACION. En efecto, nunca hemos dejado de vivir en el cambio, siempre han ocurrido movimientos bien sea en procesos, modelos de negocio, en los gobiernos, en los mercados organizacionales que han buscado la innovación con el fin de prevalecer, de adaptarse al medio en el cual operan o simplemente han cambiado o innovado para ser los primeros, los lideres en su ámbito. Es así como hemos venido funcionando, con una inmensa literatura al respecto, sobre la gestión del cambio y la innovación, competencias claves para asegurar la sostenibilidad de los negocios en el largo plazo. Esto es lo que para mi debe seguir en el tapete, solo que ahora, el Covid-19 se encargó de ponerlo sobre la agenda del mundo, obligándonos a cambiar e innovar para poder adaptarnos, subsistir y avanzar. Ahora bien, no es que me niegue a reconocer que, si hay disrupción en el mundo, en los modelos de negocio, en el liderazgo, etc.
Pero, con lo que no me siento tan convencida, es de que se quiera usar el término disruptivo dentro de las competencias del liderazgo, de una manera tan simple, sin evaluar realmente la profundidad de lo que pudiera significar en aspectos como:
¿Cuáles serían esos comportamientos fuera de serie, nunca pensados que estarían demostrando los lideres disruptivos?
¿Qué cosas innovadoras estarían creando en la gestión de sus equipos?
¿Eso que han creado, como estaría afectando de una nueva manera la cultura de la empresa y de la industria a la que pertenece la empresa? ¿La estaría cambiando radicalmente?
¿Qué tipo de necesidad única estaría satisfaciendo el líder disruptivo con su comportamiento?
Si las respuestas a estas preguntas no responden claramente a las cualidades de la disrupción, que son fractura o interrupción brusca, entonces creo que seguiríamos hablando de lo mismo de antes, es decir, estaríamos hablando de líderes que son innovadores y que promueven y gestionan el cambio. Creo que no hay verdades únicas y considero que en este tema se debe seguir profundizando a medida que el tiempo avanza, antes de poder hacer planteamientos o teorías sobre los comportamientos del ser humano disruptivo. Me explico mejor con la siguiente metáfora: los bebes cuando tienen 4, 5 meses de nacidos, comienzan de a poco a apoyar sus bracitos y sus rodillas, para poder tener la fuerza necesaria para gatear y una vez con la fuerza muscular suficiente y la autoconfianza comienzan a caminar.