El Precio de Complacer: ¿Cuántas veces más vas a sacrificar tu Bienestar? 

¿Cómo te sientes cuando piensas en decir “no”? 

¿Te viene a la mente la idea de decepcionar a otros, perder oportunidades o parecer “difícil”? 

Si alguna vez has experimentado ese nudo en el estómago al poner un límite, entonces mejor sigue leyendo… 

El desafío de establecer límites es real para muchas mujeres, independientemente del rol que desempeñemos o de la edad que tengamos. Nos han enseñado, directa o indirectamente, que el sacrificio y el trabajo arduo es el camino hacia el éxito. Aun cuando puedas venir de una madre feminista, el tema de  “yo puedo sola”, nos lleva a asumir mucho más de lo que sanamente deberíamos.   Esto nos pone de una manera u otra a pagar un precio muy alto: agotamiento, pérdida de identidad, frustración y en muchos casos, hasta causarnos alguna enfermedad. 

El Precio de No Poner Límites 

Cuando evitamos decir “no” por miedo a desagradar o parecer incompetentes, sucumbimos ante los deseos de los demás, entregando nuestro poder.  En mis sesiones de coaching y mentoría siempre escucho mujeres diciéndome totalmente convencidas, de que no serían capaces de decirle a su jefe que no pueden hacer ese proyecto, o terminar el reporte de última hora, o dejar de viajar porque el mero hecho de poner ese límite las paraliza. Creen que serían desleales, o catalogadas como incompetentes o hasta las podrían comenzar a poner en un cajón para echarlas luego de la empresa. 

Y si nos vamos al ámbito personal, muchas veces es peor.  Porque no se atreven a decirle que NO a su pareja, a sus hijos, a su madre, a sus amigas y así la lista se extiende…  

Entonces, ¿cuál es el impacto que esto tiene en ti?  

 Te comparto algunos de los costos que pagamos por no establecer límites claros: 

  • Agotamiento Físico, Mental y Emocional: Las mujeres que constantemente asumen responsabilidades adicionales sin poner límites, se exponen a niveles de estrés elevados que impactan su salud física, mental y emocional. El desgaste se acumula y puede llevar al síndrome del burnout. 
  • Pérdida de Productividad: Al no establecer límites, decimos “sí” a demasiadas cosas, lo que diluye nuestra capacidad de enfocarnos en lo verdaderamente importante. El resultado es una disminución de la productividad y un impacto negativo en nuestro rendimiento laboral, trabajando muchas más horas al día de lo que deberíamos. 
  • Deterioro de Relaciones: La falta de límites claros no solo afecta nuestras vidas profesionales. En la esfera personal, la incapacidad de decir “no” genera resentimientos y tensiones con quienes están a nuestro alrededor, ya que podemos sentirnos sobrecargadas y no valoradas. 
  • Pérdida de Autoestima: Cada vez que evitamos decir “no”, sacrificamos nuestro propio bienestar y, con el tiempo, esto puede afectar nuestra confianza y autoestima. Nos alejamos de nuestra autenticidad y caemos en un ciclo de complacencia que debilita nuestra autoestima. 

¿Se te hacen familiares algunas de estas consecuencias? 

Rompiendo Patrones de Autosacrificio 

De esto hablé en mi pasada Masterclass #8: Libera tu Poder Femenino, donde les compartí sobre como las mujeres seguimos patrones dañinos de autosacrificio que se repiten de generación en generación, con el peligro de seguir atrapadas en ellos sino los identificamos a tiempo para romperlos.  La creencia de que tenemos que ser “supermujeres” —exitosas en el trabajo, presentes en el hogar, bellas, buena hijas, excelente pareja y siempre disponibles para los demás— nos coloca en un lugar de agotamiento y auto abandono. ¿Te reconoces en alguna de estas situaciones? 

Es crucial entender que priorizarse no es egoísta. Como mujeres líderes, necesitamos reenfocar nuestra energía hacia lo que realmente nos nutre, reconociendo que el autocuidado y el establecimiento de límites saludables son actos de liderazgo consciente, pero sobre todo es un acto de Amor Propio

La Sabiduría de Decir “No” 

El autoconocimiento es clave para identificar esos momentos en los que necesitamos decir “no”.  Sino salimos del piloto automático, sino paramos a reflexionar unos momentos en nuestro día a día, difícilmente podemos romper esos patrones errados.  O lo haremos cuando caigamos en una crisis super intensa. Pero no hay que llegar a esas situaciones para reconocer que poner límites nos permite entender nuestras necesidades, valores y prioridades. Como señala Brené Brown en su libro Dare to Lead, “los límites claros son amables”. Decir “no” no es una negación, es una afirmación de lo que realmente importa en nuestra vida. 

La Autoconciencia como Primer Paso 

Estoy convencida de la fuerte conexión que hay entre nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones. Por ello la importancia de escuchar a nuestro cuerpo. ¿Qué señales te está enviando tu cuerpo cuando te excedes en tus responsabilidades? ¿De qué dolor te estas quejando usualmente? A menudo, las dolencias físicas, el estrés mental y las emociones intensas no canalizadas son indicadores de que nuestros límites han sido traspasados. 

Es necesario crear un espacio para la autoconciencia y practicar el autocuidado. Dos de mis autores favoritos como el Dr. Joe Dispenza y Fred Kofman, hablan de que la mente y el cuerpo están profundamente conectados, y solo cuando nos hacemos conscientes de nuestros pensamientos y emociones podemos tomar decisiones alineadas con nuestro bienestar. En este caso, poner límites. 

¡Y cuidado con un personaje que siempre está disfrazado: LA CULPA! 

La culpa es una de las mayores barreras que enfrentamos al decir “no”, porque sentimos que estamos defraudando a alguien o perdiendo una oportunidad única. Pero, en realidad, cuando siempre decimos “sí”, nos defraudamos es a nosotras mismas. 

Por ello el camino para superar esta culpa es a través de la autenticidad y el autoconocimiento. Cuando estás segura de quién eres y de lo que realmente necesitas, el “no” deja de ser un obstáculo y se convierte en una afirmación de tu poder. 

Beneficios de Poner Límites 

Hay muchas formas de establecer límites de manera asertiva. No siempre tiene que ser un NO rotundo. Dependiendo de la situación en la que te encuentres, poner límites puede significar:  

“En este momento no puedo comprometerme, pero puedo reconsiderarlo más adelante.” 

“Entiendo la importancia de esto. ¿Qué te parece si lo delego a alguien que pueda gestionarlo con mayor dedicación?” 

“Agradecería que a partir de ahora te encargues de recoger la mesa, ya que necesito enfocarme en otras responsabilidades.” 

“No comparto esa perspectiva. ¿Te parece si buscamos una solución que funcione para ambas partes?” 

“Para mantener un entorno saludable, solo permitiré que este tipo de situaciones ocurra bajo ciertos parámetros…” 

“No estoy disponible en este momento, pero puedo atenderlo a partir de las [hora] si te parece bien.” 

“Mi prioridad en este momento es [proyecto], pero puedo programarlo para [fecha] si te parece.” 

“Estoy agotada en este momento y necesito descansar. ¿Podrías encargarte de esto, por favor?” 

“En este momento tengo otras prioridades. Podemos retomarlo cuando haya espacio en mi agenda.” 

“Gracias por considerarme, pero en este momento prefiero no asumir esa responsabilidad.” 

“No me siento cómoda manejándolo de esa forma, pero podemos encontrar un enfoque alternativo que nos funcione.” 

Y así, incontables ejemplos que podemos usar para establecer límites de manera asertiva, rotunda y clara.  Es por ello que te invito a que reconozcas los beneficios que nos trae aprender a decir “no”: 

  • Protege tu Energía y Bienestar: Al decir “no” a lo que no te aporta, abres espacio para lo que sí importa en tu vida. Proteges tu salud física y mental, y te mantienes en tu mejor versión como líder. 
  • Refuerza tu Liderazgo: Una líder que sabe decir “no” es vista como alguien segura de sí misma y con claridad en sus prioridades. Esto no solo refuerza tu autoridad, sino que también inspira respeto en tu equipo. 
  • Mejora la Productividad y el Enfoque: Decir “no” te permite concentrarte en las tareas que son verdaderamente importantes y alineadas con tus objetivos. Como resultado, trabajas de manera más eficiente y logras mayores avances. 
  • Fomenta Relaciones Saludables: Establecer límites claros y respetuosos mejora la calidad de tus relaciones tanto personales como profesionales. Al comunicar tus necesidades de forma asertiva, creas un entorno de respeto mutuo y confianza. 

¿Qué pasaría si todas las mujeres líderes adoptaran el poder del “no”? 
 

El cambio sería profundo. Veríamos a más mujeres liderando con confianza, energía renovada y una presencia auténtica que inspire a otros. El “no” no es un rechazo, es una declaración de valor: valor por tu tiempo, por tus habilidades, por tu integridad y por tu bienestar. 

Es hora de que las mujeres reclamen este poder. Decir “no” no es egoísmo; es un acto de liderazgo consciente que impacta positivamente en llevar una vida plena, con salud física, mental y emocional. 

¿A que le vas a empezar a decir “no” en tu vida? 

Ivett Casanova