Las mujeres profesionales, líderes y emprendedoras suelen establecer metas ambiciosas, tanto en sus carreras como en sus vidas personales. Estas metas pueden incluir desde alcanzar posiciones de liderazgo, expandir sus negocios, equilibrar el trabajo y la vida familiar, o alcanzar metas personales como el bienestar y la autorrealización.
Sin embargo, alcanzar estas metas muchas veces implica sacrificios significativos. Estos pueden venir desde dejar de compartir tiempo con la familia y amigos, renunciar a actividades recreativas, la sobrecarga de áreas en el hogar, además de las profesionales (o viceversa), e incluso enfrentarse a la presión y el estrés constantes.
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¿Ahora bien, qué significa esto de cuidar la energía? Porque para muchos es como una palabra de esas esotéricas, que son vagas. De hecho, en mi trabajo como Coach, que acompaña a estas maravillosas mujeres a crecer, veo un patrón que aparece sin importar la edad de la mujer, y es el hecho de como cuidan su energía. Vamos a hablar un poco de este concepto.
Cuidar la energía para las mujeres implica gestionar de manera consciente y efectiva los recursos físicos, mentales y emocionales disponibles para ellas en su día a día. Este concepto se relaciona estrechamente con el equilibrio entre las demandas externas del entorno, como el trabajo, la familia y las responsabilidades sociales, y las necesidades internas de bienestar y autorrealización.Una forma de entender este concepto, y que personalmente me cautivó hace unos años atrás, es a través de la perspectiva de Tony Schwartz y Jim Loehr, quienes en su libro «The Power of Full Engagement» donde exploran la gestión de la energía como clave para un alto rendimiento y una vida plena. Schwartz y Loehr introducen la noción de que la energía, no el tiempo, es nuestro recurso más valioso y limitado, y sí, verdaderamente lo es!
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Para las mujeres profesionales, líderes y emprendedoras, cuidar la energía es fundamental para mantenerse sanas, felices, enfocadas, creativas y resilientes en medio de tantos desafíos y presiones del mundo laboral y personal. Significa desde establecer límites claros, practicar el autocuidado, cultivar relaciones positivas y buscar un propósito más allá de las metas profesionales.
Según los autores, las personas experimentamos cuatro dimensiones de energía: física, emocional, mental y espiritual. Cuidar la energía implica optimizar cada una de estas dimensiones, reconociendo la interconexión entre el cuerpo, la mente, las emociones y el espíritu.
En el caso de las mujeres, esto significa equilibrar las exigencias del trabajo o de los negocios, con las exigencias de casa, de la pareja, de los hijos, de los padres, de las amigas, y las de la vida personal con prácticas que promuevan la salud física, el bienestar emocional, la claridad mental y la conexión espiritual. Wow! Toda una tarea para la vida, que desde mi punto de vista nunca acaba, sino que vamos evolucionando.
Para las mujeres profesionales, líderes y emprendedoras, cuidar la energía es fundamental para mantenerse sanas, felices, enfocadas, creativas y resilientes en medio de tantos desafíos y presiones del mundo laboral y personal. Significa desde establecer límites claros, practicar el autocuidado, cultivar relaciones positivas y buscar un propósito más allá de las metas profesionales.
Ahora bien, ¿cuáles son esas situaciones donde debió cuidar mi energía, cuáles son esas alertas a las que debo poner atención?
Vamos a responder esas preguntas categorizando por áreas, a continuación, algunas de ellas:
En el trabajo
- Sobrecarga de tareas: cuando te sientes abrumada y que estás asumiendo demasiadas responsabilidades sin tiempo suficiente para completarlas de manera efectiva.
- Ambiente tóxico: si te encuentras en un entorno laboral lleno de tensiones, conflictos, microagresiones, falta de trabajo en equipo, critica constante, o falta de apoyo emocional y profesional.
- Falta de reconocimiento: cuando tus esfuerzos y contribuciones no son reconocidos o valorados por tus superiores o compañeros de trabajo, a pesar de tus esfuerzos y tu entrega excelente de resultados.
En casa
- Distribución equitativa de responsabilidades: si te encuentras constantemente sobrecargada con las tareas domésticas y el cuidado de la familia sin un apoyo adecuado por parte de los demás miembros del hogar (esta es una de las alertas más comunes que he visto en las mamas profesionales).
- Falta de tiempo personal: cuando no tienes tiempo suficiente para ti misma debido a las demandas constantes de la vida familiar y doméstica, es como esos días donde no pudiste siquiera a sentarte unos minutos en tu sillón con calma, a tomar una tasa de te o el vino que tanto de gusta.
- Conflictos relacionales: cuando experimentas conflictos o tensiones con tu familia que drenan tu energía emocional y mental. Muchas de estas tensiones no se conversan o aclaran, sino que se van acumulando, creando un ambiente no sano emocionalmente.
Con la pareja
- Falta de comunicación: cuando hay una falta de comunicación efectiva con tu pareja, lo que puede llevar a malentendidos y tensiones innecesarias. Estas tensiones persisten en todos tus cuerpos (físico, mental y emocional) sin que te des cuenta.
- Desequilibrio de poder: si sientes que estás en una relación desigual donde una parte asume la mayoría de las responsabilidades y toma decisiones importantes. He acompañado a muchas mujeres donde no tienen ni voz ni voto en sus hogares, donde constantemente se sienten inferiores y presas de las decisiones de su pareja o los demás miembros de la familia.
En la vida social
- Relaciones tóxicas: si tienes relaciones con personas que constantemente te critican, te juzgan o te hacen sentir mal contigo misma.
- Sobrecarga social: cuando te sientes obligada a cumplir con demasiadas actividades sociales y compromisos que no te aportan alegría o satisfacción genuina. Es como siempre estas pretendiendo, sin ser genuina y autentica.
Con los hijos
- Agotamiento parental: cuando te encuentras constantemente agotada física, mental y emocionalmente debido a las demandas de cuidar y criar a tus hijos, algunas veces sin el apoyo de tu pareja. Porque pasa con mucha frecuencia que quien pone la disciplina en casa es la mama, con lo cual su energía se drena constantemente.
- Falta de tiempo personal: si no tienes suficiente tiempo para ti misma debido a las responsabilidades y el cuidado de tus hijos, lo que puede llevarte a sentirte abrumada y desconectada de tus propias necesidades. No duermes lo suficiente, no te alimentas bien, etc.
- Presión por la perfección: el sentimiento de que debes ser una madre perfecta, seguir el patrón de la mujer maravilla, definitivamente puede generar estrés y ansiedad, afectando tu energía y bienestar.
En las presiones sociales y las redes sociales
- Comparación constante: la tendencia a comparar tu vida con las vidas de otras personas que aparentan ser perfectas en las redes sociales puede generar sentimientos de insuficiencia y disminuir tu autoestima. Esto pasa a todos en un nivel subconsciente.
- Bombardeo de marketing: el constante bombardeo de publicidad y marketing en las redes sociales y otros medios puede crear una sensación de necesidad constante de adquirir más cosas, lo que puede llevar al agotamiento financiero, mental y emocional.
- Falta de autenticidad: la presión para mantener una apariencia perfecta en las redes sociales puede llevarte a alejarte de tu verdadero yo y gastar energía en mantener una fachada en lugar de cultivar relaciones genuinas y significativas.
¡Toma acciones luego de ser consciente!
Como ven las situaciones que tenemos que poner atención son muchas. Pero no, generalmente las mujeres estamos sometidas a todas estas presiones de una u otra manera y en mayor o menor medida. Así se nos pasan los días y claro que llegamos a lograr objetivos muchas veces, en otras ocasiones no, algunos de ellos con mucho sacrificio, porque tener todos los aspectos de la vida en estado pleno, precisamente requiere de un trabajo interno profundo, que lleva dedicación y disciplina.
Para hacer esto posible, para poder cuidar de nuestro recurso más valioso: la energía, y tener esa vida plena, en equilibrio y logrando nuestras metas siendo exitosas, debemos comenzar a reenfocar nuestras acciones con el fin de priorizar nuestro autocuidado, de cuidar nuestra energía.
Suena a veces fácil decirlo y sé que no es así en la realidad. Pero como siempre digo como Coach, no puedes hacer cambios en tu vida si no eres consciente, si ni siquiera identificas esas situaciones de alerta en tu vida, sino que vives en piloto automático.
¡Hay que parar mujeres! Tenemos que dedicarnos ese tiempo a solas, esos momentos donde puedas respirar y tomar consciencia de cómo estas viviendo, de cómo te estas sintiendo, qué es lo que te genera malestar, cuáles son esas emociones que estas sintiendo, de qué te estas enfermando. Hay que ser conscientes de los que nos pasa; allí y solo allí es que podemos actuar de una manera coherente y tomar acciones para recuperar nuestra energía.
Comenzar a tomar acciones luego de ser conscientes es el segundo paso y eso puede implicar muchísimas cosas. Abordaré algunas de esas acciones en las diferentes categorías que vimos para que sirvan como ejemplos e inspiración a ese trabajo personal profundo que cada una debe hacer.
En el trabajo
- Aprende a establecer límites: esto significa aprender a decir no a compromisos que no se alinean con tus objetivos y valores. Desarrolla el arte de delegar para que puedas mantenerte enfocada en lo en lo que realmente importa y evitar el agotamiento y la sobrecarga.
- Desarrolla tu circulo de control e influencia: identifica esas personas claves en tu circulo laboral que puedan apoyarte en proyectos importantes, desde ser tus Sponsors o promotores hasta aquellos a los cuales los puedas hacer miembros del equipo y delegar esas responsabilidades.
En casa
- Establece un calendario familiar: crea un calendario compartido donde se asignen tareas y responsabilidades a cada miembro de la familia. Por ejemplo, asignar días específicos para la limpieza del hogar, la preparación de comidas y el cuidado de las mascotas. Y realiza las conversaciones que necesites para acordar esos compromisos de tareas.
- Celebra los logros en equipo: reconoce y celebra los logros familiares, ya sea terminar un proyecto en casa o alcanzar una meta financiera. Organizar una cena especial o un día de diversión en familia para reconocer el esfuerzo conjunto, esto le imprimirá un sentido de alegría a la familia y allí creas un ambiente armonioso que facilite la comunicación y el trabajo en equipo en casa.
Contigo misma
- Desarrolla el autocuidado y bienestar: estos son componentes esenciales para mantener altos niveles de energía. Dedica tiempo a actividades que promueven tu salud física, emocional y mental, como el ejercicio regular, la meditación, el tiempo de descanso y la nutrición adecuada.
- Practica el arte de decir NO: aprende a establecer límites saludables al decir no a compromisos que no contribuyan a tu bienestar o felicidad. Por ejemplo, rechazar una invitación a una reunión social cuando necesitas tiempo para descansar y recargar energías.
- Crear un espacio de relajación en casa: designa un rincón tranquilo en tu hogar donde puedas retirarte para meditar, leer o simplemente estar en silencio. Decora el espacio con elementos reconfortantes, como cojines suaves, velas aromáticas o plantas y coloca la música que te ayude a recuperar tu energía. En mi caso me encantan los mantras, son una super herramienta para mí para bajar mi estrés y volver a mi centro.
Con la pareja
- Implementa tiempo de escucha activa: establece momentos regulares para practicar la escucha activa con tu pareja y en la familia. Por ejemplo, durante la cena, cada miembro comparte sus experiencias del día y los demás practican escuchar sin interrumpir. ¡Y tu mantente escuchando por favor! desarrolla el arte de hacer preguntas poderosas, que incentiven la responsabilidad y autoconocimiento de cada uno.
- Prepárate para las conversaciones difíciles: Identifica un momento en el que ambos estén tranquilos y libres de distracciones para abordar la conversación difícil. Comunica tus propios sentimientos y preocupaciones de manera clara y respetuosa. Utiliza «yo» en lugar de «tú» para evitar que la conversación se convierta en un ataque personal. Por ejemplo, en lugar de decir «Tú siempre haces esto mal», podrías decir «Me siento frustrada cuando sucede esto». Evita culpar o juzgar a tu pareja durante la conversación y finalmente promueve la búsqueda de soluciones juntos.
Con los hijos
- Desarrolla tu circulo de soporte: para cada mama es super valioso contar con personas de confianza a su alrededor que le permitan descargar un poco las responsabilidades como padre. Define quien, y que puedes delegar en otros miembros de la familia como padres, hermanos, etc o con personas externas que te apoyen en el cuidado de los hijos.
- Crea espacios de tiempo libre programado: establece períodos de tiempo específicos durante la semana donde cada padre tenga la libertad de elegir cómo desea pasar su tiempo libre. Por ejemplo, un padre puede disfrutar de un hobby mientras el otro se hace cargo de las responsabilidades familiares.
Presión por la perfección
- Trabaja tus creencias limitantes: atrévete a trabajar en ti esas creencias que te llevan a la búsqueda de la perfección. Busca ayuda en un Coach profesional o Terapista que te ayude a ir en ese proceso de autodescubrimiento y remover esas barreras internas que drenan tu energía y no de dan la plenitud que buscas.
- Trabaja en el desarrollo de tu autoestima y tu autoconfianza: Practica la autocompasión: muchas veces somos permisivas y compasivas con los demás, pero no con nosotras mismas. Ante los errores practica la resiliencia y desarrolla una mentalidad de crecimiento desde ver esos errores o fracasos como oportunidades para aprender y crecer.
Impacto de las redes sociales y el marketing
- Crea tiempo para conexiones significativas: establece momentos diarios o semanales libres de dispositivos electrónicos donde tu estes a solas o donde la familia pueda conectarse entre sí de una manera diferente. Por ejemplo, organizar una noche de juegos de mesa o una caminata por la naturaleza.
- Haz depuración de las cuentas que sigues en redes sociales: pregúntate si las informaciones que consumes en redes aportan a tu energía o te la drenan. Tu más que nadie sabe la sensación corporal o emocional que sientes cuando vez una información en redes. Toma la decisión de dejar de seguir cuentas, blogs, etc. que te drenen y a cambio solo nútrete de cosas que te hagan sentir mejor y que te hagan recuperar tu energía y alimentar tu alma.
Como hemos hablado el cuidado de nuestra energía no solo es esencial para enfrentar los desafíos diarios, sino también para cultivar una vida plena y satisfactoria. Cuando reconocemos esas alertas cotidianas que nos indican la necesidad de recargar y proteger nuestra energía, es que debemos tomar acción y adoptar prácticas que promuevan nuestro equilibrio. Desde establecer límites saludables hasta practicar la autocompasión y la comunicación abierta, cada acción que tomamos en pro del cuidado de nuestra energía nos acerca un paso más hacia una vida más armoniosa, en equilibrio y con propósito.
Ivett Casanova